The Edge en 5 canciones

Cuando el 8 de agosto de 1961 nació en la localidad inglesa de Barking David Howell Evans, las enfermeras no encontraron gorrito azul que colocarle para mantenerle en calor. Rosa tampoco había. En esta encrucijada se encontraban cuando una de ellas sacó de su bolsillo un gorrito negro que les haría el apaño.

Para identificarle aún con más facilidad, alguien decidió pintarle una perfilada perillita, bien mona ella, que se quedaría ahí para siempre. Sin saberlo, el personal del hospital había creado la que sería icónica imagen de uno de los guitarristas de rock fundamentales del siglo XX y lo que llevamos del XXI (en el puesto 24 le coloca la revista Rolling Stone, aunque estas listas siempre son discutibles).

Ya con una guitarra bajo el brazo, Dave Evans se mudó con su familia a Dublín con poco más de un año. Para convencerle hubo que comprarle un amplificador y una pedalera de efectos de esas en las que puede aterrizar un Boeing 747. Bueno, en realidad esto sucedió unos cuantos años después, justo antes de que el muchacho respondiera a una nota de Larry Mullen en el tablón de anuncios de la Mount Temple Comprehensive School en 1976.

Dave fue a conocer a Mullen con su hermano Dick Evans. Allí se encontraron con Adam Clayton y Paul Hewson. Los cinco decidieron formar una banda (aunque Dick abandonó pronto). Primero se llamaron Feedback. Luego The Hype. Paul Hewson pasó a ser Bono. Dave Evans ya era The Edge. Adam y Larry siguieron llamándose como siempre.

U2 se hizo carne y el resto es historia de la cultura popular de nuestro tiempo que vamos a tratar de condensar a través de cinco canciones con puro sonido The Edge. Con puro sonido U2, por tanto.


'I WILL FOLLOW' (1980)

El primer disco de U2 ('Boy') se abría con esta cinemática guitarra de 'I Will Follow' que refleja la filiación post punk de la banda. Un riff sencillo pero con un eco que transmite cierta aspiración de trascendencia. Un golpe certero más que reconocible y que sigue siendo un fijo en los conciertos de U2 taitantos años después.


'BAD' (1984)

Tras tres discos rudos y toscos, U2 dio un giró en 1984 con 'The Unforgetable Fire', abriendo la que sería su etapa más épica. El trabajo de guitarras de The Edge, en perfecta sintonía con la base rítmica y la poderosa voz de Bono, pusieron en pie esta composición catedralicia que propició no pocos momentos memorables en directo durante años venideros. De hecho, su intensa interpretación en el Live Aid de 1985 les aupó hasta el siguiente nivel.


'WHERE THE STREETS HAVE NO NAME' (1987)

Los caminos transitados en 'The Unforgettable Fire' llevaron a la banda hasta 'The Joshua Tree' tres años después. La banda había resuelto la ecuación y, gracias a la influencia de la música de raíz americana, paría su primera gran obra maestra, plagada de heroicos himnos grandilocuentes. La guitarra de 'Where the Streets Have no Name' sigue teniendo vida propia y resucitando almas impías a su paso.


'THE FLY' (1991)

Llegaban los noventa y todo lo acontecido en la anterior década no era más que un sueño. Durante los siguientes años, The Edge explora nuevos y variopintos universos sonoros en discos como 'Achtung Baby' (1991), 'Zooropa' (1993) y 'Pop' (1997).

Sus guitarras más punzantes están en el primero de estos trabajos y en canciones como 'Acrobat' y 'Love is Blindness', pero nada se puede comparar a los machetazos que clavó en el corazón de los fans en los cuatro minutos y medio que dura 'The Fly', la canción que presentó al mundo a los nuevos U2.


'VERTIGO' (2004)

En contra de lo que parecía su evolución lógica, el siglo XXI llevó de vuelta a U2 hacia sonidos más 'tradicionales' y menos arriesgados en discos como 'All That You Can't Leave Behind' (2000), 'How to Dismantle an Atomic Bomb' (2004) y 'No Line On The Horizon' (2009). Todos ellos repletos de canciones para recordar y de riffs de guitarra que ponen los pelos de punta.

"All this, all this can be yours. All of this, all of this can be yours. All this, all of this can be yours. Just give me what I want. And no one gets hurt", canta Bono antes de la explosión sónica marca de la casa, siempre en el filo, siempre en The Edge.